dissabte, 25 de gener del 2025

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Augsburgo, 20 de agosto de 1527

No consigo darte un rostro, eres como una sombra, un espectro que se desliza al margen de los acontecimientos y aguarda en la oscuridad. Eres el mendigo que pide limosna en el callejón y el grueso mercader que se aloja en la habitación de al lado. Eres esa joven ramera y el esbirro que me buscan ansiosamente, pisándome los talones. Todos y nadie, tu raza vino al mundo con Adán: mala suerte y con Dios en contra. Eres el ejército que me esperaba detrás de las colinas.

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